La IP quiere dar marcha atrás a la historia y busca el monopolio de la educación, de la economía y aún más, del aparato gubernamental.
La IP lanza un contragolpe a los intentos del gobierno para limitar su poderío y cree que tiene asustado a este régimen con lo de la atonía.
La IP quiere hacer responsable al gobierno de la crisis y desprestigiar el manejo estatal en los negocios, para ocultar su ineptitud.