Radiografía de Estados Unidos ante la baja del dólar

La producción industrial ha bajado desde 1976; el desempleo alcanzó más de 5 millones de trabajadores; los precios están creciendo en 7 por ciento anual; el comercio con el exterior que producía superávit de 7 mil millones, se ha tornado en deficitario desde 1971; grandes huelgas y conflictos de trabajo, debido a los malos negocios y a la inflación, se extienden por doquier, afectando actividades claves como industria del hierro, teléfonos, ferrocarriles.

El panorama que presenta la economía norteamericana actualmente, y que explica la "Nueva Política Económica" del Presidente Nixon, es el siguiente:

Producción industrial: la actividad industrial, que había registrado un fuerte aumento durante el periodo de recuperación económica iniciado en 1961 (después de la crisis de 1960-1961) y que fue fuertemente estimulada por la escalada de la Guerra de Vietnam, empezó a debilitarse a finales de 1968, siguiendo un proceso descendente hasta finales de 1969; a partir de esa fecha la producción industrial mostró cierta recuperación, durante algunos meses, pero volvió a caer en los últimos dos meses, (junio y julio) del presente año.

Desempleo: la desocupación de la clase trabajadora, según las cifras oficiales, aumentó durante el año de 1969 pero sobre todo en 1970, en que sobrepasó el 6% del total de la fuerza de trabajo; esto significó un aumento del desempleo de casi un 80%, entre enero de 1969 y diciembre de 1970. Durante el presente año la desocupación, aunque ha registrado algunas reducciones, se ha mantenido en un alto nivel, habiendo aumentado de nuevo durante los meses de junio y julio, para situarse en alrededor del 7% de la fuerza de trabajo. Esto significa que cerca de seis millones de trabajadores se encuentran sin empleo. En este sentido debemos señalar que los círculos gubernamentales y de negocios de los Estados Unidos consideran como limite "tolerable" de desempleo el 4%.

Costo de la vida: un rasgo especial de la actual crisis económica de los Estados Unidos es que en lugar de bajar los precios, como ha acontecido en las crisis anteriores, se ha registrado un persistente aumento, sobre todo en el costo de la vida, lo que hace que la situación de los trabajadores, sobre todo la de los desempleados sea todavía más difícil. En los últimos tres meses el costo de la vida se ha elevado de una tasa del 3.5% anual, al 7.2%, es decir, se ha duplicado el ritmo de aumento en ese corto lapso.

Déficit gubernamental: los gastos del Gobierno que en el año fiscal al 30 de junio de 1970 arrojaron un déficit de 2,800 millones de dólares y que según las estimaciones oficiales deberían producir un superávit de 1,300 millones para el año fiscal que finalizó en junio de 1971, arrojó el déficit más cuantioso de la posguerra, 23,500 millones de dólares.

Comercio Exterior: desde 1964 en que el comercio o exterior produjo el superávit máximo de la posguerra, de casi 7 mil millones de dólares, ha ido debilitando su capacidad de generar divisas al grado de que, según los anuncios oficiales, en lo que va del año de 1971 ya no sólo no arroja superávit, sino que está registrando déficit: de 372.3 millones de dólares de enero a junio.

La tendencia adversa del Comercio Exterior, los altos gastos militares en el extranjero, el fuerte déficit que arroja el turismo y las sumas considerables de créditos y de inversiones directas en el exterior, no han podido ser contrarrestados por la corriente de utilidades y pagos de deuda, intereses y tecnología que reciben los Estados Unidos, no obstante que estos conceptos alcanzan cifras bastante elevadas. El resultado ha sido que el déficit de la Balanza de Pagos ha ido creciendo de manera alarmante, ya que en el año de 1970 alcanzó el nivel de 10,400 millones de dólares. Se estima que de 1950 a 10 que va de 1971 los Estados Unidos han gastado en el exterior una suma de 50,000 millones de dólares, en exceso a lo que han recibido. Esto es lo que ha ocasionado la abundancia de dólares en los mercados mundiales y su debilitamiento frente al oro y a las divisas de otros países importantes.

Crisis económica, intranquilidad y tensión social

La seriedad de la crisis actual que está padeciendo Estados Unidos deriva no solamente de los indicadores económicos adversos que hemos presentado, ¾ya en otras ocasiones ha sucedido algo semejante¾­ sino del hecho de que está derivando en tina serie de desajustes sociales en el frente interno, por una parte, y por las condiciones internacionales desfavorables para el imperialismo norteamericano, por la otra.

Como hechos sobresalientes podemos mencionar los siguientes:

Conflictos laborales.¾ La clase trabajadora norteamericana está dando muestras de gran descontento que se manifiesta en una cadena de luchas por mejores salarios y prestaciones, exigencias al Gobierno de una política de más empleos y de incremento en los gastos de bienestar social. El descontento de los trabajadores se ha intensificada con la crisis económica que ha ocasionado el despido de centenares de miles de trabajadores y la falta de nuevas oportunidades de empleo; deriva también del aumento persistente del costo de la vida; de los crecidos gastos militares ocasionados por aventuras bélicas, como la de Vietnam, recursos que deberían utilizarse en el mejoramiento de las condiciones de vida de los norteamericanos; de la expansión económica de las grandes empresas en el exterior en plantas que luego van a competir al mercado de los Estados Unidos privando de oportunidades de empleo a los trabajadores norteamericanos, y de la política de franco apoyo del Gobierno de los Estados Unidos a los grandes monopolios, los que obtienen utilidades elevadas en detrimento de los ingresos de la clase trabajadora.

De esta manera, se han sucedido una serie de grandes huelgas o de conflictos de trabajo en actividades tan importantes como la industria de automóviles, del acero, de productos metálicos, en los ferrocarriles, teléfonos, servido postal, etc. Con estos movimientos, los obreros han logrado importantes aumentos en sus salarios y prestaciones que ascienden en conjunto a varios millares de millones de dólares que les servirán para compensar lo que han perdido por la inflación. Los empresarios, han utilizado estos aumentos salariales para aumentar los precios y descargar sobre el público consumidor, (los trabajadores incluidos) el peso completo y aún más que eso, de las concesiones que se han visto obligados a otorgar al sector obrero.

En vísperas del anuncio de la Nueva Política Económica del Presidente Nixon era evidente ya qué se estaba generando una espiral inflacionaria: los aumentos de precios llevaban a conflictos laborales por mayores salarios, y esto, a nuevos aumentos de precios. Y todo ello en condiciones no de auge en la economía, sino de depresión, de malos negocios. De ahí que el Presidente Nixon se haya planteado como uno de los objetivos importantes de su nueva política el congelar los salarios, los precios y las rentas, aunque por un periodo de 90 días. Con la congelación se persigue el doble objetivo de frenar las luchas obreras que de continuar pueden amenazar al establishment, y frenar la inflación. Salta a la vista el carácter pro-monopolista de esta política ya que la congelación de salarios, de aplicarse realmente, impedirá a los trabajadores rescatar el poder de compra que han perdido en el proceso de elevación de precios; en cambio, asegurará a los monopolios las altas utilidades que han estado obteniendo con ese aumento de precios. ¿Por qué el Presidente Nixon no incluyó en su política el congelamiento de las utilidades? Por el contrario, la Nueva Política Económica busca otorgar nuevas ventajas a los monopolios por la vía fiscal, proteccionismo frente a competencia exterior y el fortalecimiento de su mercado.

En el frente interno norteamericano hay que considerar, además, la intensificación de la lucha racial —que tiene una base económica: falta de empleos, aumento del costo de la vida, etc.— de la lucha juvenil contra el statu quo y contra la guerra, de la intelectualidad y de agrupaciones políticas de avanzada. Todo ello es considerado por el Gobierno de Nixon y por los monopolios una amenaza real a sus intereses.

Fricciones internacionales.¾ La guerra de Vietnam está demostrando que ya no es fácil para el imperialismo norteamericano —para ningún imperialismo— dominar a otros pueblos: la capacidad de resistencia de éstos se ha desarrollado enormemente por el cambio de fuerzas mundiales que se ha operado. El cambio dentro de los Estados Unidos es uno de los factores que están favoreciendo la liberación de otros países. Todo esto significa que las aventuras militares se están volviendo muy costosas y de escasos resultados. Más bien, los resultados son contraproducentes porque están significando el desquiciamiento económico y social del imperialismo norteamericano.

Aunado a estos factores debemos considerar la intensificación de las luchas comerciales y financieras entre los Estados Unidos y otros países desarrollados y subdesarrollados por intereses en conflicto: con Japón, Alemania Federal, Francia y otros.

La actual crisis del dólar es prueba evidente de esos conflictos.

 

Continuará...

Ceceña, José Luis [1971], "Radiografía de los Estados Unidos ante la baja del dólar", México, Revista Siempre!, 950: 22-23, 8 de septiembre.