El constante peligro y amenaza de guerra en el mundo, las reiteradas provocaciones e intervenciones del gobierno norteamericano y sus aliados en Asia, África y América Latina, conforman una situación mundial de profundas tensiones y de verdadero peligro para la humanidad entera. El cuantioso gasto militar y la proliferación de las armas nucleares representan un peligro real que se utiliza como amenaza permanente sobre los pueblos del mundo y atentan contra el desarrollo, la libertad, la soberanía e independencia de las naciones y su derecho para construir un mundo mejor.
El proceso recesivo prolongado de las economías de los grandes países capitalistas desarrollados, en especial la de los Estados Unidos, ha tenido un severo impacto en la economía de la América Latina. El patrón de acumulación capitalista dependiente de los países latinoamericanos y el tipo de inserción en la economía mundial —ambos aspectos están íntimamente relacionados— los hace fuertemente vulnerables a las crisis de los países capitalistas desarrollados, crisis que son recurrentes y que tienden a acentuarse.
La crisis económica que enfrenta el país, en un contexto internacional francamente recesivo que da bases para esperar un largo periodo de dificultades económicas (que golpearán fuertemente a las clases populares y opondrá mayores obstáculos al logro de un desarrollo independiente y democrático) hace imperativo que los sectores nacionalistas, democráticos y revolucionarios del país redoblen sus esfuerzos en la búsqueda de alternativas económicas, sociales y políticas que permitan no sólo superar los efectos de las crisis, sino reencauzar al país hacia derroteros de bienestar y de soberanía nacional.