Sobre las cifras de 1969 crecieron las importaciones 378 millones de dólares.
El déficit comercial sobrepasó los mil millones de dólares frente a 693 millones en 69; solo el turismo y las transacciones en la frontera algo ayudaron a cubrir el déficit comercial; sin embargo, aún tomando en cuenta esos renglones, el déficit fue de 865 millones de dólares frente a 580 en 69.
La deuda exterior aumento en 337 millones de dólares para llegar hasta 3,170 millones.
La situación de la economía exterior de México, sobre la que teníamos algunos indicios de que no había marchado bien en 1970, se nos presenta ahora con caracteres más alarmantes según se desprende de los datos contenidos en el último Informe Anual del Banco de México.
El Banco de México en su último Informe anual pone énfasis en que la Reserva Neta alcanzó su más alto nivel, 751 millones de dólares, pero mientras que en 1969 la Reserva Neta era superior al déficit de Mercancías y Servicios (654 millones y 589 millones, respectivamente, en 1970 la Reserva Neta fue inferior al déficit (751 millones y 1,088, respectivamente). | Las Inversiones Extranjeras Directas se incrementaron en 280 millones de dólares, para alcanzar un total de 2,980 millones, sin contar las de las empresas maquiladoras de la frontera Norte (alrededor de 200 compañías). El servicio del Capital extranjero costó al país, 1,073 millones de dólares, por concepto de remesas de utilidades, amortizaciones de créditos e intereses. |
El mencionado Informe nos revela que la producción nacional creció a un ritmo satisfactorio en general, con la excepción de la Minería y de la Agricultura, y que la Reserva Neta en oro y divisas del país se elevó a su cifra más alta, pero al mismo tiempo nos proporciona una serie de datos por los cuales podemos descubrir un cuadro bastante desalentador respecto a la situación de las transacciones de mercancías y servicios con el exterior.
Las operaciones de compra venta de productos y de servicios (entre estos últimos los más importantes son turismo, transacciones fronterizas, remesas de utilidades y pago de intereses) arrojaron un déficit de 865 millones de dólares en el año de 1970, cifra que supera a la de 1969 en 393 millones de dólares. Esto significa que el ya elevado déficit de 1969, dio un gran salto en 1970, elevándose en más de 80 por ciento en un solo año.
Razones del cuantioso déficit
El primer factor que determina el fuerte déficit es el del comercio de productos, ya que las compras que realizamos (2456 millones de dólares) superaron a las ventas (1,368 millones) en la cuantiosa cifra de 1,088 millones de dólares. Se produjo así un déficit comercial que no solamente para un país como México, si aún para uno de alto desarrollo, es suficientemente elevado como para producir alarma. Francia, por ejemplo, en el año de 1969 sufrió un déficit comercial Francia registró una importante fuga de capitales, que empeoraron el problema).
Por el lado de las transacciones que componen el renglón de Servicios encontramos dos conceptos que han ido creciendo notoriamente y que contribuyen al desequilibrio: remesas de utilidades de Inversiones Extranjeras, y el pago de intereses de la Deuda Exterior. Los envíos de utilidades ascendieron a 343 millones de dólares y los pagos de intereses deben haber sido cuando menos 190 millones de dólares, ya que en 1969 sumaron 175 millones de dólares. Los dos conceptos considerados alcanzaron un total conjunto de 533 millones de dólares que salieron del país en 1970.
El Turismo y las llamadas Transacciones Fronterizas (compras y ventas que se realizan en la frontera con los Estados Unidos) produjeron, en cambio, un superávit considerable, que se elevó a 602 millones de dólares, frente a 487 millones de 1969. Este superávit, sin embargo, no alcanzó a contrarrestar las fuertes salidas por los conceptos que hemos señalado, por lo que el conjunto de las transacciones comerciales y de servicios arrojaron, como indicamos, un déficit de 865 millones de dólares.
Pero el desequilibrio no se limita a este déficit, que de por sí es inquietante, sino que se acentúa en proporciones considerables, ya que durante el mismo año vencieron compromisos de la Deuda Exterior por valor de 550 millones de dólares, que sumados al déficit señalado anteriormente alcanza la cuantiosa cifra de 1,415 millones de dólares. Comparando esta cifra con la correspondiente al año de 1969 encontramos que la supera en 317 millones de dólares, que viene a representar un 28 por ciento de incremento en un solo año. de aquí que no sea exagerado afirmar que el desequilibrio exterior de México ha empeorado de manera alarmante.
Las Reservas y el Capital Extranjero
El Banco de México en su Informe Anual destaca como un signo muy favorable el hecho de que las Reservas Brutas y las Netas hayan aumentado durante el año de 1970. Así, el primer párrafo con que se inicia el mencionado Informe dice lo siguiente: "La reserva de oro, plata y activos líquidos internacionales del Banco de México se elevó durante 1970 en 102.1 millones de dólares: la más alta que ha registrado nuestro país". En otra parte del documento nos informa que "La reserva neta —deducidos los recursos afectos a depósitos y obligaciones en moneda extranjera— aumentó también apreciablemente, al alcanzar el nivel 751.3 millones de dólares".
Los aumentos registrados por la Reserva pueden dar la idea de que la economía exterior de México no solamente no está desequilibrada negativamente, sino que la situación es muy saludable, que nuestra moneda es firme y que no existe, por lo tanto, ningún peligro de devaluación del peso. Desafortunadamente la realidad no es así, porque los hechos (derivados de las propias cifras del Banco de México) revelan sin lugar a dudas que el desequilibrio negativo es de grandes proporciones, como ya lo explicamos, y que existen verdaderos peligros para la estabilidad del peso frente a las demás monedas, es decir, de que nuestra moneda se devalúe.
Es cierto que el conjunto de las operaciones de México con el exterior arrojan un superávit como lo muestra el aumento de la Reserva. Pero igualmente cierto es que el superávit se logra mediante entradas de capitales del exterior, tanto en la forma de créditos, como de inversiones directas de firmas extranjeras. Veamos algunas cifras pertinentes.
Por la vía de créditos exteriores el país recibió durante 1970, 887 millones de dólares. Esta cifra es menor en 62 millones de dólares a la de 1969, lo que indica que en este sentido se interrumpió la tendencia de aumento sostenido que se venía observando. La disminución adquiere mayor relevancia si consideramos que en el año anterior se recibieron créditos por valor de 949 millones de dólares, cifra que superó a la de 1968 en 251 millones de dólares. La disminución ocurrida en 1970, sin embargo, más bien puede explicarse en función de la escasez y alto costo del crédito internacional durante ese periodo, que a una política de reducir el endeudamiento ya que el gobierno anterior no tuvo como norma lograr esa meta.
Pero aún considerando que los créditos recibidos en 1970 fueron menores que en 1969, tenemos que recalcar que la cifra de 887 millones de dólares es bastante elevada, seguramente una de las más altas que haya recibido cualquier país del llamado "Tercer Mundo" en ese año.
Por su parte, las inversiones extranjeras aumentaron en 1970 en 210 millones de dólares, sin incluir el monto de las reinversiones que pueden estimarse en unos 80 millones adicionales (de no haberse reinvertido esas utilidades habían salido del país), ni tampoco las inversiones de las compañías maquiladoras de la frontera Norte y que alcanzan cifras importantes o aunque aún no precisadas por el Banco de México. Con esas inversiones la entrada de capitales del exterior alcanzó cuando menos un monto de 1,200 millones de dólares. Esto sólo incluye los capitales a largo plazo, a los que habría que agregar los de corto plazo que usualmente alcanzan también cifras importantes, aunque no disponemos del dato correspondiente al año de 1970, ya que el banco de México no lo ha proporcionado.
De todo esto resulta, por lo tanto, que el superávit de la Balanza de Pagos se produjo como resultado del ingreso al país de capitales del exterior, que alcanzaron una cuantía suficiente para absorber el déficit comercial y de servicios y para cubrir las obligaciones derivadas de la Deuda Exterior. Esto indica que la "estabilidad" lograda descansó en mayor endeudamiento y en una mayor enajenación económica en favor de empresas extranjeras. Nivelamos las cuentas con el exterior y obtuvimos un superávit, pero la Deuda Exterior aumentó a 3,170 millones de dólares, 337 millones más que en 1969, y el valor de las Inversiones Extranjeras se elevó a no menos de 3,000 millones de dólares, de 2,700 millones a que ascendían en 1969.¨