Economía mixta? Donde el sector estatal y el capitalista coexisten

 

La inversión del gobierno representa el 51% del total nacional, pero su posición es peligrosa en virtud de que depende en gran parte de préstamos del exterior, con lo cual su función se halla mediatizada. Esto quiere decir que el funcionamiento del sector gubernamental de organismos y empresas, depende de fondos del exterior. Por cada 100 pesos de financiamiento de estos establecimientos 42 pesos vienen del exterior en forma de créditos. Este hecho nos indica que la posición del gobierno en este sentido es poco firme y que el presente y el futuro del funcionamiento de los organismos y empresas del gobierno se encuentra seriamente comprometido sobre todo si se quiere que este sector constituya una base sólida del desarrollo económico independiente de nuestro país.

La caracterización que se hace de la economía actual de México, tanto en los círculos privados como gubernamentales, es que es una economía mixta.  Por tal se entiende una economía en que coexisten el sector capitalista que se mueve en lo esencial por el incentivo de obtener utilidades máximas, y el sector estatal, cuyo propósito es el de atender a las necesidades generales de la población.

Se asegura que esta forma de economía es la ideal, porque mediante una colaboración estrecha entre los sectores privado y gubernamental se logra un desarrollo acelerado con justicia social. En una economía mixta el sector privado disfruta del suficiente atractivo y estímulo para invertir sus capitales, y producir más y con eficiencia, sin que por otra parte, abuse de su posición de fuerza económica, ya que frente a él está el gobierno que lo mantiene en su lugar.

El gobierno, por su parte, puede cumplir con su responsabilidad de proteger los intereses generales de la sociedad, estimulando la inversión privada y realizando él mismo inversiones crecientes para mantener un alto nivel de actividad económica y para atender, cada vez en mayor medida, las innumerables necesidades de la población.

Para asegurar la colaboración del sector privado, se argumenta, las inversiones del gobierno no deben ser competitivas, sino complementarias o supletorias en los campos en los que las inversiones privadas sean insuficientes o en donde requieran grandes capitales y el plazo para obtener dividendos sea largo. De esta suerte, el gobierno debe realizar inversiones de infraestructura  —caminos, ferrocarriles, electricidad, puertos, etc.— y en buena medida, debe desentenderse de las inversiones redituables en la industria o en otras actividades, las que deben reservarse al sector privado.

Hay partidarios de la Economía Mixta que llegan al grado de recomendar que el gobierno haga inversiones de prueba en renglones riesgosos o en nuevos renglones, y una vez que obtenga éxito, transfiera sus empresas en franca producción y redituabilidad al sector privado. En caso de fracasar, el gobierno absorbería las pérdidas. Esto significa asignar al gobierno el papel de “Estado puerquito”.

Estas es la proyección que amplios sectores de la iniciativa privada intentan imprimirle a la economía nacional, intentos en los que coinciden también importantes sectores gubernamentales. Se pretende que la Economía Mixta, así concebida, es la solución a los problemas del desarrollo de México y un nuevo sistema equilibrado que puede regir indefinidamente.

El análisis atento de la economía mexicana nos lleva a discrepancias fundamentales en esa posición. Primero no se trata en verdad de una economía mixta, sino de una forma esencialmente capitalista, a pesar del camouflage y, segundo no constituye la solución de los problemas del desarrollo con justicia social, porque beneficia esencialmente al sector privado y no al pueblo.

Importancia económica del gobierno.

El gobierno ha venido ampliando su participación en la economía nacional en forma notoria, desde la administración del General Cárdenas. Actualmente tiene una importancia considerable y aún preponderante en algunas ramas básicas; en muchas otras, en cambio, su importancia es de poca o ninguna consideración. Tomando la economía en su conjunto el gobierno Mexicano tiene una posición bastante importante, tanto por sus funciones de regulación y control, como por sus grandes gastos y actividades empresariales.

La importancia general que el gobierno tiene en el conjunto de la economía puede apreciarse por el monto de sus inversiones. En 1964 las inversiones del gobierno (incluidos los organismos descentralizados y las empresas de participación estatal) alcanzó la cifra de 18,705 millones de pesos, que representaron el 51 por ciento del total nacional. Esto quiere decir que el gobierno en ese año invirtió más que el sector privado. De cada 100 pesos que se invirtieron, 51 correspondieron al gobierno y 49  pesos al sector privado.

Debe destacarse el hecho de que la participación del gobierno en la inversión total nacional ha venido creciendo en términos absolutos y en relativos. Así, en 1939 la inversión gubernamental fue de 233 millones de pesos, lo que representó el 37 por ciento de la inversión nacional; en forma persistente el gobierno fue aumentando su participación hasta llegar en 1964, por primera vez, a superar a la inversión privada.

El gobierno mexicano es ya el principal inversionista del país. En verdad el gobierno ha sido el motor más potente del desarrollo de las últimas décadas. Si mantuviera la tendencia ascendente de sus inversiones, le daría más firmeza al desarrollo y lo haría menos vulnerable a las veleidades de la iniciativa privada, que se guía por el afán de lucro.

La posición del gobierno como empresario se ha ido ampliando y consolidando y constituye el principal hecho que se ha registrado en los últimos 30 años, un hecho que está teniendo consecuencias que pueden ser de gran alcance para el curso de la economía nacional en el futuro.

Más de 100 empresas importantes figuran en el sector gubernamental, que en conjunto manejan recursos de alrededor de 50 mil millones de pesos. Los datos oficiales al respecto, tomados de la Memoria de la Secretaría del Patrimonio Nacional (magnífico trabajo de investigación), correspondiente al año de 1963 nos dicen lo siguiente:

110 empresas de participación estatal y organismos descentralizados tenían activos de 49 mil millones de pesos. De ellas 87 se dedicaban a la producción de bienes y servicios para el mercado, manejando recursos por valor de 46.5 mil millones de pesos. Otras 23 con activos de 2.5 mil millones de pesos, se dedicaban a actividades culturales, de servicio social y de desarrollo regional y local.

Las empresas y organismos dedicados a la producción para el mercado se agrupaban como sigue: el principal renglón estaba formado por las empresas eléctricas, que en número de 24 disponían de recursos que se elevaban a 15,850 millones de pesos; seguían las de la industria extractiva, incluyendo petróleo, que en número de 6 manejaban 12,394 millones de pesos; en tercer lugar figuraban las 8 empresas y organismos del ramo de comunicaciones y transportes cuyos activos eran de 10,384 millones; en cuarto lugar se encontraban las 33 empresas de la industria de transformación que en conjunto disponían de 5,110 millones de pesos de recursos, y finalmente, 15 empresas de tipo  comercial, manejaban 2,708 millones de pesos.

Como puede verse, el gobierno maneja una amplia gama de empresas y organismos dedicados a actividades productivas bastante importantes; petróleo, minería, industria manufacturera, electricidad, comunicaciones y comercio. Sobresalen sin embargo, las dedicadas a actividades llamadas de infraestructura como electricidad y comunicaciones, dos renglones que manejan más de la mitad de los recursos de todos los organismos descentralizados y empresas de participación estatal. Las dedicadas a actividades llamadas de infraestructura como electricidad y comunicaciones, dos renglones que manejan más de la mitad de los recursos de todos los organismos descentralizados y empresas de participación estatal. Las dedicadas a la industria de transformación manejan solamente el 10 por ciento del total de los recursos de las empresas y organismos del gobierno. Sin embargo, este renglón va creciendo considerablemente.

Pero veamos todavía algunos datos generales más, para tener una visión más completa de la importancia del gobierno como empresario. Las 72 empresas y organismos más importantes lograron ventas de mercancías y servicios por valor de 14,433 millones de pesos en 1962. En ese mismo año derramaron ingresos por concepto de sueldos, salarios y prestaciones sociales por valor de 3,992 millones de pesos y pagaron impuestos que se elevaron a 1,131 millones de pesos.

Debemos ahora hacernos una serie de preguntas acerca de cómo se manejan estos organismos y empresas, qué criterios sirven de base a sus operaciones, qué beneficios reportan al conjunto de la población, cómo se financian y qué resultados se obtienen. En una palabra, debemos precisar si las actividades del gobierno como empresario cumplen un propósito de interés nacional verdadero y hasta qué grado lo hacen; solamente así estaremos en condiciones de emitir un juicio objetivo sobre el carácter del gobierno y sobre la economía mixta que se dice impera en nuestro país, así como lo que podemos esperar de ella para el futuro desarrollo económico acelerado, democrático e independiente.

Un talón de Aquiles

Uno de los hechos que más llama la atención al analizar el funcionamiento de los organismos y empresas del gobierno, hecho que plantea serias dudas y preocupaciones, es el grado en que el financiamiento de esos establecimiento se realiza con fondos provenientes del exterior. Veamos las cifras.

Los recursos de inversión utilizados por el conjunto de organismos y empresas en el año de 1962 alcanzaron la suma de 7,007 millones de pesos. De esa cifra provinieron de recursos propios 2,816 millones, o sea el 39.9%. El fisco aportó 784 millones de pesos que agregados a los recursos propios representan la mitad del financiamiento total. El resto, o sea la otra mitad provino de recursos ajenos. De los recursos ajenos solamente 529 millones se obtuvieron en el país y 2,948 millones provinieron del exterior.

Esto quiere decir que el funcionamiento del sector gubernamental de organismos y empresas, depende de fondos del exterior. Por cada 100 pesos de financiamiento de estos establecimientos 42 pesos vienen del exterior en forma de créditos. Este hecho nos indica que la posición del gobierno en este sentido es poco firme y que el presente y el futuro del funcionamiento de los organismos y empresas del gobierno se encuentra seriamente comprometido, sobre todo si se quiere que este sector constituya una base sólida del desarrollo económico independiente de nuestro país. De subsistir esta situación, la función del gobierno en la economía mixta se encontrará peligrosamente mediatizada.♦

Ceceña, José Luis [1966], "Economía mixta? Donde el sector estatal y el capitalista coexisten", México, Revista Siempre!, 683: 20-21, 27 de julio.