Canadá da un paso audaz por su libertad económica y afloja sus ligas con EEUU

Ahogado ya por las inversiones de esa nación, sigue ahora la ruta nacionalista

La rebelión ante los poderosos está extendiéndose por todo el mundo, a medida que las relaciones de dominio y de trato injusto en escala internacional están provocando el desquiciamiento económico de los países dependientes. Y no son solamente los países del “Tercer Mundo”, considerados como subdesarrollados los que sienten la necesidad vital de tomar medidas de defensa para suprimir la dependencia en que viven –reunión de la UNCTAD, en Chile, entre otras- sino aún naciones que han alcanzado un alto grado de desarrollo están seriamente preocupadas por la influencia determinante que intereses extranjeros tienen en su vida económica. Tal es el caso de Canadá que de manera progresiva ha ido cayendo bajo la dependencia económica de los monopolios norteamericanos y que ante el riesgo de convertirse en un apéndice de la economía de los Estados Unidos, está buscando la salida con una política de carácter nacionalista.

Canadá, desarrollo con dependencia

El Canadá ha sido presentado ante la opinión pública mundial, como el mejor ejemplo de cómo un país puede alcanzar un alto grado de desarrollo, en breve plazo, sobre la base de inversiones extranjeras privadas. El argumento a favor del desarrollo basado en capitales del exterior se llevó tan lejos que se le ofreció como el único camino disponible para que los países subdesarrollados pudieran industrializarse.

¿Qué nos muestra la experiencia del Canadá en este sentido? ¿El desarrollo alcanzado ha sido armónico, sólido y firme? ¿Ha contribuido su desarrollo a la consolidación de su independencia económica? ¿Quienes han sido los principales beneficiarios del aumento de la producción y de la expansión de los servicios? ¿Puede ser un ejemplo a seguir por los países del “Tercer Mundo”?

Indiscutiblemente Canadá se ha desarrollado en una serie de direcciones: ha aumentado la producción petrolera, minera, agropecuaria e industrial; cuenta ahora con más y mejores transportes, con mayor producción de energía eléctrica, un mejor sistema financiero, etc., etc. Canadá figura ente los llamados “países ricos”, con un Producto Nacional Bruto de 62,500 millones de dólares que lo coloca en el octavo lugar en el mundo; el producto por habitante es de 3,010 dólares, sólo superado por los Estados Unidos y Suecia.

El desarrollo alcanzado, sin embargo, muestra un alto grado de dependencia exterior, particularmente respecto a los Estados Unidos, cuyas grandes empresas tienen una influencia determinante en la economía del país. Algunos datos pueden mostrarnos la magnitud de esa influencia.

Las inversiones de los monopolios norteamericanos en Canadá ascienden a alrededor de 23 mil millones de dólares. Esos capitales están colocados preferentemente en la industria, 10, 050 millones de dólares, petróleo, 4,809 millones, y en las actividades mineras y metalúrgicas, 3,014 millones de dólares. En otros renglones como las finanzas, servicios de transportes, comercio, hoteles, etc., etc., existen también capitales norteamericanos considerables.

De las 743 empresas de mayor tamaño del Canadá más de la mitad son extranjeras, preponderantemente norteamericanas, estando controladas totalmente 221 de ellas. Las compañías norteamericanas industriales que operan en el Canadá controlan el 90 por ciento de la industria de automóviles; el 81 por ciento de la producción de llantas; el 45 por ciento de los productos químicos; el 43 por ciento de la producción de papel y celulosa; el 44 por ciento de la maquinaria agrícola; el 23 por ciento de la producción de equipo de transporte y el 19 por ciento de la producción de hierro y acero.

El mercado interno del Canadá está fuertemente dominado por las empresas industriales norteamericanas, y también el comercio exterior de manufacturas. En el año de 1965 (no dispongo de cifras más recientes) las filiales norteamericanas que operan en Canadá tuvieron ventas totales de 13,445 millones de dólares, correspondiendo a ventas en el mercado doméstico un total de 10,908 millones y a ventas en el exterior por valor de 2,537 millones de dólares. Las ventas al exterior de las filiales norteamericanas representaron el 48 por ciento de las exportaciones totales del Canadá al exterior. Esto significa que muy cerca de la mitad de las exportaciones canadienses corresponden a filiales de monopolios norteamericanos que operan en ese país.

Las utilidades que obtienen las filiales norteamericanas en el Canadá alcanzan cifras muy elevadas: 1,622 millones de dólares en el año de 1970.

El destino de las exportaciones del Canadá es preponderantemente el mercado de los Estados Unidos. En el año de 1971 el Canadá exportó un total de 12, 800 millones de dólares, de los cuales dos terceras partes de dirigieron al mercado norteamericano. El 85 por ciento de las exportaciones industriales del Canadá tienen como destino los Estados Unidos.

La situación de dependencia de la economía del Canadá está dando lugar a fuertes movimientos nacionalistas que consideran que esa dependencia económica pone en peligro no solamente la continuidad y firmeza del desarrollo, sino aún la propia integridad del país. Y es que el desarrollo no debe consistir solamente en aumentar la producción, sino además y muy especialmente en fortalecer la independencia económica y servir de base al mejoramiento democrático, porque el desarrollo no es un fin en sí mismo, sino un medio para lograr objetivos nacionales de progreso y libertad.

El creciente malestar del pueblo del Canadá y la preocupación manifiesta del gobierno del Primer Ministro, Trudeau por el dominio económico norteamericano sobre el país han quedado evidenciados en la reciente visita que hizo el presidente Nixon a ese país, pues a pesar de la vecindad y los lazos históricos que han existido, las relaciones entre los dos países son tensas y tenderán a empeorar si se deja que los intereses de los monopolios prevalezcan sobre los de los pueblos.

Para los países del “Tercer Mundo” la experiencia de Canadá muy aleccionadora: Buscar el desarrollo abriendo la puerta al capital monopolista extranjero, si bien transitoriamente puede contribuir a aumentar la producción y el empleo conduce necesariamente a la supeditación económica y aún política. Y nuestros pueblos aspiran a vivir mejor, siendo cada vez más libres.♦

Ceceña, José Luis [1972], "Canadá da un paso audaz por su libertad económica y afloja sus ligas con EEUU", México, Revista Siempre!, 983: ##-##, 26 de abril.