México librará en los próximos meses una batalla decisiva: ¡la de los precios!

La devaluación del Dólar, los aumentos en los salarios mínimos y hasta la Reforma Fiscal, serán los pretextos que usarán los capitalistas.

¿Cómo enfrentarse a este fenómeno? Deberá ponerse énfasis en las inversiones productivas de corto y mediano plazo; eliminar intermediarios, mejorar sustancialmente el otorgamiento de créditos a la producción y a la CONASUPO, que tantos beneficios reporta a los consumidores de bajos ingresos y a los productores de alimentos, debe tener vigor.

El año de 1971, con su enorme cauda de hechos desquiciantes en lo económico y en lo político, está llegando a su fin. Pero ¿terminarán con él los grandes problemas que nos aquejan? El año de 1972 ¿nos presentará un panorama distinto, de menores tensiones e inquietudes?

¿De la “atonía” a una mayor inflación?

Hay una serie de signos que indican que el país está superando la caída en el ritmo de la actividad económica o cuando menos que ese desajuste no se sigue acentuando. El incremento de los gastos e inversiones gubernamentales y cierta mejor orientación de la política económica; los anunciados incrementos en la inversión privada; la movilización comercial hacia el exterior que parece ganar en amplitud y profundidad; el combate al contrabando y a la evasión fiscal que se ha pronunciado; algunos aumentos de sueldos y salarios; y otros factores semejantes están dejando sentir su acción estimulante de la actividad económica nacional.

Sin embargo, lo hecho hasta ahora y aun lo que se programa realizar en el inmediato futuro no será suficiente para superar y resolver los grandes problemas que nos afectan especialmente en lo que se refiere a acelerar el crecimiento con justicia social. Si no se adoptan las medidas correctivas adecuadas podemos, entre otras cosas, salir de la “atonía” pero a costa de una mayor elevación de los precios, lo que equivale a decir, a costa de las masas populares.

Puede apreciarse algunos factores que para 1972 constituirán fuerzas inflacionarias que pueden causar serios perjuicios a los sectores populares y al país en su conjunto. Entre ellos podemos señalar algunos de los que consideramos importantes:

— la inflación que afecta a casi todos los países del mundo occidental, tenderá a acentuarse en el próximo futuro, especialmente en los Estados Unidos y países del “área dólar”, como resultado, entre otros factores, de la devaluación del dólar que se ha anunciado;

— los aumentos de sueldos y salarios que se han otorgado durante el presente año, los que se otorgarán en 1972 en el renglón de salarios mínimos y en algunos contratos colectivos de trabajo, que servirán de pretexto para que los capitalistas traten de elevar los precios;

— la Reforma Fiscal y la lucha contra la evasión de impuestos, que dará base para que los empresarios, sobre todo los grandes, aumenten los precios para mantener y aún elevar sus utilidades;

— los mayores gastos e inversiones gubernamentales, que elevarán a corto plazo la capacidad de compra general pero que a corto plazo también no podrán aumentar en la proporción adecuada la producción ya que una parte considerable se va a dedicar a gastos de infraestructura que no aumentarán la producción sino a plazo mayor.

— el aumento de las inversiones privadas tenderán a elevar la capacidad de compra, pero buena parte de ella se traducirá en aumentos de la producción sólo a mediano y largo plazo además de que una proporción sólo a mediano y largo plazo además de que una proporción considerable de esas inversiones se dirige a atender el consumo suntuario y no el de las grandes masas populares.

— el esfuerzo exportador puede llegar a afectar el abastecimiento nacional de algunos productos, con lo que habrá una tendencia alcista en los precios de esos artículos.

Fortalecer instituciones populares.

Para hacerle frente a la amenaza de mayores aumentos en el costo de vida y a la vez, fortalecer a producción de artículos de primera necesidad y aumentar el poder de compra de los productores, es necesario que el gobierno utilice con mayor amplitud y firmeza los instrumentos de que dispone y busque otros que hagan más eficaz su intervención a favor del pueblo. Uno de estos instrumentos es la CONASUPO, cuyas actividades están reportando grandes beneficios precisamente a los sectores populares del campo y de la ciudad y que se encuentra en un notorio proceso de superación tanto en lo que hace a su manejo y eficiencia, cuanto a la amplitud, orientación y nuevas formas de acción para cumplir con su importante cometido.

Con el deseo de que el pueblo conozca más de cerca y de manera objetiva, no propagandista, qué son y cómo operan las instituciones que realmente lo benefician presentaremos los rasgos más destacados de la Compañía Nacional de Subsistencias Populares más conocida como la CONASUPO.

La CONASUPO tiene como función esencial intervenir directamente en el mercado de subsistencias, con dos objetivos: 1.-asegurar a los productores precios remunerativos que les permitan elevar su producción y rendimientos y que aumente su capacidad de compra general, y 2.-abastecer a las grandes masas populares de artículos de primera necesidad a precios razonables.

Actualmente la CONASUPO participa en la compra y distribución de una amplia gama de productos que se elevan a cerca de dos mil, que comprenden las siguientes líneas: víveres (maíz, trigo, frijol, pan, leche, etc., etc.); ropa; artículos de hogar; artículos escolares; perfumería; medicamentos (que no requieren receta médica); y juguetes.

Para llevar a cabo sus actividades la CONASUPO cuenta, además de sus oficinas generales, con cuatro filiales: CODISUCO [ahora DICONSA], MINSA, Rehidratadora de Leche y la Panificadora. Por la magnitud de sus operaciones la más importante es la CODISUCO o Compañía Distribuidora de Subsistencias CONASUPO, que merece una mención especial.

La CODISUCO se encarga de la distribución de los productos que lleva a cabo en escala nacional a través de los siguientes canales:

— Más de dos mil tiendas y lecherías, que operan a base de concesiones a particulares a quienes se establecen condiciones de vender a los precios establecidos por la CODISUCO, que siendo más bajos que los de los establecimientos privados (la leche se vende a 80 centavos el litro, frente al de $2.60), dejan un margen razonable de utilidad al concesionario.

— Bodegas para el Pequeño Comercio, con un “cuadro básico” de 60 productos de artículos de primera necesidad, que operan en los mercados municipales para surtir a los “puestos” de dichos mercados, contando con clientes con créditos del Banco del Pequeño Comercio. Estas operaciones son de medio mayoreo.

— Cadena de Tiendas Conasuper, que son una réplica de los supermercados, y se están localizando en lugares adecuados de los centros urbanos, y que tratan de competir con las cadenas privadas para proteger a los sectores populares y de clase media de los altos precios que se están cargándole a los consumidores. Estos CONASUPER se manejan directamente con personal de la CODISUCO.

— El Plan Huicot, dirigido al abastecimiento de una amplia zona indígena y que es parte del Programa Huicot que comprende una serie de medidas tendientes a ayudar a la población indígena para mejorar sus condiciones de vida.

— Los Ferro-tiendas que consisten en unidades de ferrocarril que abastecen de los productos de CODISUCO a las poblaciones de varias zonas indígenas y desérticas en varios Estados del Norte del país.

— Subalmacén de Ciudad Juárez, que surte de productos de primera necesidad a precios competitivos con los del “otro lado” a esa importante ciudad fronteriza.

— El Barco-tienda, que hace recorridos por los ríos Grijalva y Usumacinta, APRA abastecer de productos de primera necesidad a bajos precios para los poblados ribereños.

— Tiendas de Reclusorios, instaladas en varias penitenciarías del país con el objeto de evitar la explotación de los presos de parte de los comerciantes privados.

— Bodegas de Damnificados, que se han ubicado en las zonas en que con mayor frecuencia ocurren inundaciones y otros desastres, para atender con prontitud las necesidades alimenticias, ropa y medicamentos de las poblaciones que los sufren.

— Tiendas en Oficinas del Gobierno en donde los burócratas y sus familias se surten de artículos de primera necesidad a precios razonables, con lo que se protege en alguna medida su economía.

Estos son algunos de los medios a través de los cuales la CODISUCO distribuye los artículos con que opera, contribuyendo de manera importante a combatir la elevación de precios de los artículos de primera necesidad, beneficiando especialmente a sectores populares y de clase media de ingresos bajos.

Desde luego que hay deficiencias, inoportunidad en las compras de cosechas, trámites lentos y complicadas, y falta de recursos, pero todos son factores que se pueden superar y en justicia debemos decir que los principales encargados de esta importante institución popular están buscando soluciones a los diversos problemas que afrontan y están empeñados en la realización de nuevos programas que reportarán mayores beneficios a los consumidores y productores. Ahora falta que el Ejecutivo proporcione todo el apoyo económico necesario y que todos nosotros contribuyamos a que CONASUPO se fortalezca, apoyándola como clientes y defendiéndola de los mil y un enemigos que la atacan y desean desprestigiarla simple y sencillamente porque está al servicio del pueblo.♦

Ceceña, José Luis [1971], "México librará en los próximos meses una batalla decisiva: ¡la de los precios!", México, Revista Siempre!, 966: 22-23, 29 de diciembre.