Ciencia y Tecnología, gratis en el mundo socialista

Un intercambio científico en el más alto nivel, ha hecho posible llevar a la mesa los conocimientos que sólo están al alcance de las clases privilegiadas de otros países.

Moscú, Mayo, 1968.

La cooperación científica y tecnológica entre los países socialistas alcanza grandes proporciones y reviste formas de solidaridad y de colaboración recíproca que pueden considerarse ejemplares. El “Know How” se está convirtiendo en un bien común al que tienen acceso todos los países socialistas a título gratuito: solamente tienen que pagar el costo de la reproducción de los documentos que contienen los diseños o los procesos tecnológicos que deseen utilizar.

El intercambio científico y tecnológico se realiza actualmente por medio de acuerdos multilaterales o bilaterales. Tales convenios están siendo ya la norma de la mayoría de los países socialistas. La tendencia es muy marcada hacia la formación de un verdadero “pool” de conocimientos científicos y tecnológicos integrado por las aportaciones que los hombres de ciencia y los técnicos de dichos países hagan, y que esté a disposición de todos.

Tomando como ejemplo el convenio bilateral existente entre Checoslovaquia y la Unión Soviética, tenemos los siguientes datos: Checoslovaquia ha proporcionado a la URSS 182 diseños para construcción básica, 859 juegos completos de documentación técnica para la fabricación de maquinaria y equipo, 555 descripciones de procesos tecnológicos modernos y 3,714 juegos completos de otros documentos técnicos. Por su parte, la URSS ha proporcionado a Checoslovaquia 297 diseños para obras de construcción, 942 juegos completos de documentos técnicos para la fabricación de maquinaria y equipo, 550 descripciones de procesos tecnológicos modernos y 4,810 juegos completos de otros documentos técnicos. El costo que para ambos países ha significado la adquisición de este enorme caudal de “Know How” ha sido solamente el gasto de hacer las copias de la documentación respectiva.

Además de este intercambio de conocimientos tecnológicos entre la URSS y Checoslovaquia existe una creciente cooperación de la propia investigación científica y técnica. Así sus respectivos centros de investigación y diseño industrial trabajan en estrecho contacto, habiendo elaborado en forma conjunta más de 100 planes de operación para investigaciones científicas y tecnológicas que abarcan unos 300 renglones industriales.

La cooperación entre la URSS y Checoslovaquia es solamente un ejemplo de alcance y modalidades de la colaboración en la ciencia y la técnica entre los países socialistas. Dicha cooperación se extiende a todo el mundo socialista y adquiere diversidad de formas. Además existe cooperación en la instalación de grandes plantas industriales, en la construcción de obras hidráulicas, en la organización de servicios técnicos y en el entrenamiento de trabajadores y preparación de jóvenes en distintas ramas técnicas y científicas.

Desde luego que la URSS, por su magnitud y desarrollo alcanzado, es el país que más se destaca en la colaboración por medio de asistencia técnica, aunque también otros países como Checoslovaquia, la República Democrática Alemana y Polonia contribuyen de manera creciente en el mismo sentido.

Tomando solamente a la URSS (en donde nos encontramos actualmente) tenemos los siguientes datos que vale la pena presentar:

La URSS ha aportado a los demás países socialistas más de 38,000 juegos completos de documentación técnica, ha concertado convenios para otorgar asistencia técnica y económica para más de 1,200 obras y proyectos de distinta índole, de los cuales ya están en operación unos 700. Millares de jóvenes han sido entrenados (y otros lo hacen actualmente) en la URSS en una amplia gama de actividades de institutos técnicos y en el entrenamiento de obreros en los procesos tecnológicos modernos.

Por los datos presentados se hace evidente que en los países socialistas existe una muy amplia colaboración técnica, la que ésta siendo una poderosa palanca en el desarrollo económico de todos ellos, los grandes y los chicos, y está contribuyendo a nivelar los grados de desarrollo al poner a disposición de los menos avanzados los conocimientos científicos y técnicos modernos necesarios a costo reducido.

El comercio, factor de integración y desarrollo

El intercambio mercantil entre los países socialistas es un poderoso factor de integración económica y se orienta en el sentido de la complementación de recursos, del aprovechamiento de las ventajas de la división internacional del trabajo y del estrechamiento de los vínculos entre los países socialistas.

Existen algunos rasgos importantes que caracterizan al comercio exterior de los países socialistas, que debemos precisar para poderlo entender. En todos ellos, se encuentra controlado por el Estado y forma parte integrante del plan económico general. Esto quiere decir que la política de comercio exterior está determinada por las necesidades del plan de desarrollo y por la orientación de la política general dentro de los países socialistas. Por otra parte,  para estos países el comercio exterior no constituye un “negocio” en donde la finalidad sea la de obtener “utilidades” es decir, el comercio exterior no es un fin en sí mismo, sino un medio para fortalecer el desarrollo interior y el de los demás países socialistas, así como de estrechar los vínculos entre ellos. Estos dos rasgos explican las modalidades que reviste el comercio exterior entre los países socialistas, y en buena medida también del comercio que realizan con el mundo no socialista.

Las relaciones comerciales entre los países socialistas se rigen por convenios a lago plazo, de cinco a más años. Estos convenios están vinculados a los planes económicos de los países en cuestión y son un instrumento necesario en la coordinación de dichos planes. En estos convenios se establecen cifras globales de intercambio, con el desglosamiento necesario para hacerlos operativos. Con frecuencia estos convenios se complementan con protocolos anuales en donde se establecen con detalle las listas de productos a intercambiar. También se fijan los precios a que se sujetarán los intercambios, utilizándose como punto de referencia los precios mundiales, pero ajustados de acuerdo con ciertos criterios mutuamente aceptados con la finalidad de que el intercambio sea el más justo posible. En ocasiones estos procesos son objetos de revisiones cuando las condiciones mundiales o particulares de los países en cuestión lo hacen aconsejable para mantener el principio de beneficio recíproco.

Los convenios que actualmente se encuentran en vigor entre los distintos países socialistas tienen como período de vigencia general cinco años y la mayoría de ellos regirán hasta 1970. En este caso se encuentra el convenio entre Cuba y la URSS, y el suscrito entre este país y Checoslovaquia.

Cuando se revisan los datos del comercio exterior de los países socialistas llama la atención el hecho de que en el intercambio figuren movimientos cruzados, del mismo tipo de productos, aunque todavía entre ellos existen diferencias importantes en su grado de desarrollo. Así por ejemplo, la URSS exporta a los otros países socialistas no solamente maquinaria y equipo, como corresponde a un país de gran desarrollo industrial, sino también materias primas y alimentos, además de combustible (petróleo y carbón). Por el lado de las importaciones, encontramos el mismo fenómeno: la URSS importa de otros países socialistas no solamente materias primas y alimentos, sino una cantidad importante de bienes de producción y de productos industriales manufacturados de consumo general.

En el caso de Hungría, de Bulgaria, de Rumania, Polonia y Checoslovaquia encontramos una situación semejante. Hungría, que antes de la guerra era un país de escaso desarrollo industrial, ahora exporta a la URSS maquinaria para la industria química y para la de alimentos, aparte de venderle una serie de productos terminados de diverso tipo. A su vez, Hungría importa de la URSS no solamente maquinaria y equipo industrial, sino también materias primas como mineral de hierro, carbón, petróleo, madera y algodón.

El caso de los movimientos cruzados tanto de medios de producción como de materias primas y productos manufacturados de consumo, revela uno de los aspectos más interesantes del comercio entre los países socialistas: el de ser un intercambio de apoyo recíproco al desarrollo industrial de los países interesados, intercambio en le que todos los países socialistas tienen oportunidad de participar tanto con productos agropecuarios y materias primas, como en la de manufacturas de tipo ligero y pesado. Es decir, dentro del mundo socialista existe un amplio acceso a las fuentes de materias primas y combustibles y a los mercados de productos acabados. Seguramente que sobre estas bases, los países socialistas acelerarán su desarrollo y nivelarán en plazo razonablemente corto las diferencias en el grado de su industrialización.♦

Ceceña, José Luis [1968], "Ciencia y Tecnología, gratis en el mundo socialista", México, Revista Siempre!, 777: 30-31, 15 de mayo.