Estados Unidos acapara ya nuestra industria alimenticia

Cada día es mayor el número de empresas y negocios que acaparan los monopolios yanquis en nuestro país, desplazando a los nacionales de toda actividad: ¿llegará el momento en que tengamos que rendirnos y dejar todos los asuntos en sus manos?

En la industrialización del país, una de las ramas que han alcanzado un mayor dinamismo en los últimos años es la elaboración de alimentos. Este es un fenómeno natural en un proceso de industrialización del tipo tradicional, en que las industrias ligeras se desenvuelven con rapidez en comparación a las pesadas, por la menor complejidad de los procesos de producción, las menores inversiones que requieren y la disponibilidad de un mercado inmediato y seguro.

Hay varios factores que han propiciado el dinamismo de las industrias alimenticias. Entre ellos, la urbanización y la forma en que se ha distribuido el ingreso nacional son de los más importantes. Con el proceso de desarrollo han crecido mucho los centros urbanos por la afluencia de población rural, que acude a las ciudades en busca de trabajo, sea en las fábricas o en la construcción o en los servicios. Al crecer las ciudades demandan un mayor y mejor abastecimiento de alimentos, creándose condiciones favorables para el desarrollo de las industrias de conservación de alimentos en general, ya que la mayor demanda no puede ser cubierta fácilmente con alimentos frescos.

Por otra parte, la distribución del ingreso en México ha favorecido preferentemente a los sectores de empresarios y de la clase media mejor situada, que son fácilmente adaptables a los cambios que trae consigo la vida moderna, como es el consumo de productos enlatados, congelados o refrigerados, porque disponen de ingresos para pagar los mayores precios de este tipo de productos. Esto, además de que tienen una marcada tendencia a imitar las costumbres de otros países más adelantados, y son muy receptivos a la influencia de la publicidad.

Para tener idea de la forma acelerada en que la industria de alimentos se ha desarrollado en los últimos años, tomaremos algunos datos relevantes que publicó la Cámara Nacional de Industrias de Transformación en su revista del mes de abril del presente año. El valor de la producción de conservas alimenticias (no se da la información completa de la industria de alimentos) fue de 774 millones de pesos en 1960, valor que se elevó a cerca de 1,500 millones en 1965. Esto quiere decir que en solamente 5 años se duplicó el valor de la producción, o sea que se desarrolló a un ritmo de casi un 20% anual, en promedio. Este es realmente un crecimiento espectacular.

De los componentes de la rama de conservas alimenticias la que más creció fue la de conservación de carnes, que alcanzó una tasa de alrededor del 30% en promedio anual. La de frutas y legumbres, así como la de enlatado e industrialización de productos lácteos también crecieron con rapidez.

Un rasgo importante que cabe señalar en el desarrollo de la industria de alimentos es que alrededor de una quinta parte de la producción se destina a la exportación. Además de la exportación de piña enlatada, está tomando importancia la venta al exterior de chiles, especialmente al Sur de Estados Unidos. En 1965 se exportaron 2,160 toneladas de chiles enlatados o en conserva, frente a sólo 981 toneladas en 1960.

El desarrollo de las industrias alimenticias tiene una enorme importancia para el país. Por una parte, aumenta substancialmente la producción de alimentos disponibles para el consumo, y por la otra, sirve de un poderoso apoyo a las actividades agropecuarias. El público puede disponer en todo tiempo de productos alimenticios que en otra forma solamente se consumirían en las temporadas de producción agrícola. Y no solamente se evitan los enormes desperdicios de frutas, legumbres, pescados y mariscos, etc. etc., que son altamente perecederos, sino que la industria alimenticia fomenta la producción agropecuaria al ampliar el mercado de estos productos.

Un filón de oro para los monopolios extranjeros

Las condiciones económicas generales de nuestro país en el período de la postguerra y las facilidades casi ilimitadas que tienen los capitales extranjeros para operar han dado por resultado que la importante industria de alimentos se convierta en un negocio casi exclusivamente de monopolios norteamericanos.

Para apreciar con mayor claridad la participación de monopolios de Estados Unidos en “nuestra” industria alimenticia, veamos los siguientes datos del año 1965 que corresponden a 25 grandes empresas, 24 de ellas norteamericanas, que operan en distintas ramas de la elaboración de alimentos en México.

 

Empresa

Ventas

Recursos

Utilidades

País

1.

National Dairy Product (Kraft)

1920

825

64

EUA

2.

Nestlé

1448

324

64

Suiza

3.

General Foods (café, Rosa Blanca, Jell-o)

1338

725

84

EUA

4.

Borden (Helados Holanda)

1293

677

46

EUA

5.

Corn Products (Miel Karo, etc.)

894

584

50

EUA

6.

Ralston Purina (alimentos animales)

865

364

24

EUA

7.

Coca Cola

833

559

65

EUA

8.

Campbell Soup

660

444

48

EUA

9.

Standard Brands (productos Royal)

615

292

24

EUA

10.

National Biscuit (Nabisco)

607

330

36

EUA

11.

Beatrice Foods

606

174

15

EUA

12.

General Mills

541

280

17

EUA

13.

Anderson Clayton

522

295

7

EUA

14.

Mead Corporation

510

353

18

EUA

15.

Continental Baking (Tip Top, etc.)

494

168

9

EUA

16.

Heinz (H.J.) (frutas, legumbres, mariscos)

488

370

15

EUA

17.

Carnation (productos lácteos)

477

218

16

EUA

18.

Lever Brothers (Com. Herdez)

436

220

15

EUA

19.

California Packing (productos Del Monte)

410

348

18

EUA

20.

Quaker Oats Mills (cereales)

384

188

15

Bretaña-EUA

21.

Kellog Co.

349

198

33

EUA

22.

Archer Daniels (Api-Aba)

292

151

3

EUA

23.

Libby, Mc Neill and Libby

290

193

6

EUA

24.

Pepsi Cola

252

165

19

EUA

25.

Gerber Products (alimentos niños)

177

90

12

EUA

Los datos de esta imponente lista de grandes empresas se refieren a las ventas, los recursos y las utilidades netas que corresponden a sus operaciones totales en los Estados Unidos y en el mundo, incluyendo las relativas a sus actividades en México.

Como se ve se trata de verdaderos gigantes, algunos de los cuales logran ventas superiores a los mil millones de dólares anuales. La mayoría de ellas ocupa un lugar de primera línea en alguna de las ramas de la industria de alimentos. Así, la National Dairy Products es la empresa más importante de productos lácteos en los Estados Unidos; la Borden le sigue en importancia en la misma rama; la General Foods y la Corn Products ocupan respectivamente el primero y segundo lugar en la elaboración de alimentos en general; la Coca Cola es la empresa líder en la producción de refrescos; la National Biscuit es la primera en la producción de galletas y pastas; la Purina es la número uno en la preparación de alimentos para ganado, y la Continental Baking es la empresa más importante en la industria panificadora en los Estados Unidos.

Ante esta gigantesca fuerza financiera se enfrentan los empresarios mexicanos (o extranjeros mexicanizados) y el pueblo en general. La desproporción es tan grande que el resultado está siendo muy desfavorable: cada vez sucumben más empresas mexicanas siendo absorbidas por los monopolios norteamericanos o quedando fuera de combate por su debilidad. Es larga ya la lista de empresas mexicanas que han sido absorbidas por compañías extranjeras: Empacadoras Calidad, El Fuerte, Industrias Carrancedo, Panificadora Tip Top, Dulces Luxus y muchas otras. Hasta empresas sólidamente establecidas y de larga tradición en el país están amenazadas por las empresas extranjeras como la Clemente Jacques, que según informes insistentes está a punto de pasar a manos de una gran empresa norteamericana.

El problema es muy serio. Por todo el país se escuchan quejas de empresarios mexicanos de la política de expansión explosiva de las compañías norteamericanas, que cada día dominan más los mercados y entran a nuevas ramas. La amenaza es muy grande en la industria enlatadora, en la de panificación, en la de dulces y chocolates, en la fabricación de aceites comestibles, en la preparación de alimentos para ganado y hasta en la cría de pollos y producción de huevo. Se sabe de planes de empresas extranjeras importantes que están en el proceso de integrarse a tal grado que abarcarán desde la producción de alimentos para ganado, la cría de ganado y aves, la venta de los mismos y hasta el establecimiento de cadenas de restaurantes en donde se expendan los productos elaborados.

Por este camino ¿hacia dónde vamos? Urge hacerle frente a este problema en interés de los propios empresarios mexicanos, de los consumidores y de la independencia económica nacional.

Ceceña, José Luis [1967], "Estados Unidos acapara ya nuestra industria alimenticia", México, Revista Siempre!, 729: 22-23, 14 de junio.