En el panorama europeo, africano, del Medio Oriente y latinoamericano no existe ya casi ningún país que no forme parte de una asociación de libre comercio, de una unión aduanera de un mercado común. En su inmensa mayoría los distintos países del mundo, con la excepción notable de la mayoría de los asiáticos, se han ido integrando económicamente, adoptando las formas que acomodan mejor a sus condiciones específicas e intereses mutuos, yendo de las etapas más simples a las más complejas y avanzadas. La tónica de los tiempos modernos parece ser, por lo tanto, la de un proceso generalizado de integración de grupos de países que han venido a constituir bloques económicos que están dando fisonomía a la economía internacional.
Las formas que reviste el proceso de integración económica va desde la Asociación de Libre Comercio, hasta la Integración Económica Total, pasando por las formas intermedias de la Unión Aduanera, el Mercado Común y la Unión Económica. La integración económica pasa por estas etapas sucesivas, y generalmente la adopción de una forma y el éxito alcanzado, conduce a la siguiente etapa y así sucesivamente, en un proceso que parece ser irreversible. A la larga, la integración económica desembocará en una integración política en donde desaparecerán las fronteras nacionales actuales para constituirse grandes unidades políticas.
La Asociación o Zona de Libre Comercio es la primera etapa en el proceso de integración (después de la simple cooperación internacional) y consiste en la eliminación de las barreras arancelarias y las restricciones cuantitativas al comercio entre los países miembros de la asociación, asegurando la libertad de movimiento de las mercancías dentro de la zona. Cada país, sin embargo, continúa con su barrera arancelaria respecto a los otros países que no forman parte de la asociación. Esta es la forma adoptada por varios países europeos en la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC) y por nuestra ALALC.
La Unión Aduanera es una forma más avanzada que la Asociación de Libre Comercio, ya que además de la eliminación de los aranceles y de las restricciones al comercio entre los países miembros, se establece una barrera arancelaria única de todos los países que la integran, respecto al mundo exterior. En este sentido actúan como si fueran un solo país, frente a terceros. Esta forma fue adoptada por 17 Estados alemanes, encabezados por Prusia, en el año de 1834 (el ZOLLVEREIN), y hacia 1870 por los Estados italianos. En ambos casos la Unión Aduanera condujo a la formación de verdaderos grandes Estados.
El Mercado Común constituye un paso más avanzado en el proceso de integración, porque además de establecer la eliminación de las barreras arancelarias y las restricciones al comercio entre los países que lo forman, y de constituir una barrera arancelaria única frente a terceros países, se establece la libertad de movimiento dentro del bloque, de las personas (obreros y profesionistas), y de los capitales. En el Mercado Común se establecen además Autoridades Supranacionales, cuyas decisiones obligan a todos los miembros del bloque. Esto quiere decir, que el Mercado Común significa ya una cierta renuncia de soberanía, aunque desde luego, cada país tiene intervención directa en los organismos ejecutivos del propio Mercado Común. El ejemplo sobresaliente es el de la Comunidad Económica Europea o el Mercado Común Europeo.
La Unión Económica constituye el siguiente paso en el proceso integracionista, porque en ella se avanza hasta llegar a armonizar las políticas monetarias, fiscales, de tipo económico general y también las de tipo social. Aquí los países miembros han llegado a un grado muy alto de integración económica y han avanzado en la unificación política. Los organismos supranacionales gradualmente han ido adquiriendo autoridad sobre el conjunto, y los países miembros han ido cediendo en grado grande, su soberanía. El ejemplo más conocido de Unión Económica es la llamada Unión Económica Benelux, integrada por Bélgica y Luxemburgo en el año de 1922, y a la que se sumó Holanda en 1944. Estos tres países a su vez, pasaron a formar parte de la Comunidad Económica Europea al integrarse ésta en 1957.
La Integración Económica Total es la etapa más avanzada en el proceso de integración económica y puede considerarse ya como la antesala de la integración política de los países que la forman, en un solo país que englobe a todos ellos. Aquí se integran las economías de todos los países del bloque en sus distintos aspectos, hasta llegar a funcionar como una sola entidad económica con movilidad de personas, y capitales y la unificación de las políticas fiscales, monetarias, anticíclicas y sociales. Además, los organismos de dirección supranacionales llegan a asumir una gran autoridad, en tanto que los de tipo nacional correspondientes a cada país, van pasando a segundo plano. La unificación política, en estas condiciones, se convierte ya en una necesidad y se llega a ella sin mayores dificultades, en la forma de algo así como una federación de Estados. Hacia esta meta conduce el proceso de integración.
Del COMECON a Punta del Este
El proceso de integración económica en la postguerra se inició con la formación en 1949 del Consejo para la Asistencia Económica Mutua (COMECON), integrado por la Unión Soviética, Alemania Oriental, Checoslovaquia, Hungría, Polonia, Rumania y Mongolia Exterior. Posteriormente en 1962, se incorporó Yugoslavia y han participado como invitados otros países socialistas: China, Corea del Norte y Vietnam del Norte.
Las finalidades del COMECON fueron promover un alto grado de autosuficiencia económica y lograr la mayor especialización posible de los distintos países integrantes, a efecto de utilizar los recursos en forma óptima y de integrar los mercados y las economías del sector socialista asociado.
Por su parte, algunos países europeos occidentales son el Tratado de Paris, firmado en 1951, iniciaron su proceso de integración en forma limitada, esfuerzos en la utilización de sus recursos de carbón y acero. En este acuerdo participaron Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo, formando la Comunidad Económica del Carbón y del Acero (CECA). Inglaterra fue invitada, pero no aceptó formar parte de esta comunidad.
A la formación de la CECA siguió la constitución de la Comunidad Económica Europea (CEE) o Mercado Común Europeo, en el año de 1957 en que los mismos seis países de la CECA firmaron el Tratado de Roma, mucho más amplio y ambicioso que el de la Comunidad del Carbón. En el artículo 1º del tratado se establecen como objetivos de la constitución del Mercado Común “…promover un desarrollo armonioso de las actividades económicas dentro de la comunidad, una expansión continua y equilibrada, una mayor estabilidad, una elevación acelerada del nivel de vida y relaciones más estrechas entre los Estados que la forman”. De nuevo Inglaterra se abstuvo de formar parte de este Mercado Común, especialmente por los problemas derivados de la situación de sus colonias y dominios.
La constitución del Mercado Común Europeo (los Seis) como se le llama, planteó a los otros países europeos occidentales la necesidad de agruparse formando también un bloque, para hacerle frente a la nueva unidad económica formada por los Seis que los colocaba en desventaja si permanecían aislados. Así surgió, bajo el patrocinio de Inglaterra el bloque de los Siete, que formaron la Asociación Europea de Libre Comercio. Dio base a esta organización el Convenio de Estocolmo, firmado en 1959 por los siguientes países: Inglaterra, Suecia, Suiza, Noruega, Dinamarca, Austria y Portugal. En 1961 se sumó a la asociación Finlandia. El grupo de los Siete (ahora Ocho), forman una asociación de libre comercio y no un mercado común, es decir, tienen un menor grado de integración económica que el Mercado Común Europeo.
En América Latina, se inició el proceso de integración económica con la firma, en 1958, del Tratado Multilateral de Libre Comercio por los países centroamericanos, con la excepción de Panamá. De acuerdo con este tratado se formaba una asociación de libre comercio solamente. Con posterioridad y ante la experiencia y los avances logrados, se firmó el Tratado General de Integración Centroamericana del que son signatarios Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica. Mediante este tratado se acuerda formar una Unión Aduanera y sentar las bases para una mayor integración económica posterior.
El proceso de integración en nuestra región avanzó con la formación de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) constituida por el Tratado de Montevideo que fue firmado en 1960 por los siguientes países: Argentina, Brasil, Chile, México, Paraguay, Perú y Uruguay. Posteriormente se sumaron a la asociación Colombia, Ecuador y Bolivia. La ALALC es simplemente una asociación de libre comercio, o sea la etapa inicial en el proceso de integración económica. La reciente firma del Programa de Acción en Punta del Este por 20 Presidentes del Continente pretende impulsar el proceso de integración hacia la formación de un Mercado Común en donde se eliminen las restricciones cuantitativas al comercio y los aranceles, se forme una barrera arancelaria única para el mundo exterior y se establezca el libre movimiento de personas y de capitales en toda la zona. Según los planes esto se hará a partir de 1970 en un plazo de 15 años.
También los países árabes y las nuevas naciones surgidas en África han sentido la necesidad de integrarse. Los árabes formaron el Mercado Común Árabe, de acuerdo con el Convenio de El Cairo, que fue firmado en 1964 por la RAU, Iraq, Kuwait, Jordania y Siria. Por su parte, varios países africanos formaron la Organización Africana Malgasi de Cooperación Económica de acuerdo con el Tratado de Dakar en 1961, forman parte de esta organización los siguientes países: Dahomey, Costa de Marfil, Malí, Mauritania, Níger, Senegal, Volta Superior, el Chad, Gabón, República del África Central, Congo, Camerún y Malgasi. Estos países se proponen formar un mercado común y estrechar su cooperación económica especialmente con vistas a elevar su poder de negociación con el Mercado Común Europeo del que algunos de ellos forman parte como “países asociados”.
Como se ve estamos en presencia de un mundo de bloques económicos que tratan de integrarse cada vez más. En parte a esta situación obedece el deseo y necesidad de los países latinoamericanos a tratar de forman un Mercado Común. Pero ¿La integración económicos esta resolviendo los problemas que tienen planteados lo países del mundo? La respuesta conviene buscarla en el análisis cuidadoso del funcionamiento de los bloques económicos más importantes. En nuestro próximo artículo nos ocuparemos del hasta ahora más discutido según se afirma, el más bien organizado y de mayor éxito: el Mercado Común Europeo.♦