Semblanza

“-Torres Manzo: ¿Vino usted a tratar asuntos importantes y aprovechó la oportunidad para asistir al examen del maestro Ceceña?

-Paul Sweezy: No. Vine al examen del señor Ceceña y aprovecho la oportunidad para tratar asuntos importantes.

-T. M.: ¿Qué opina de la tesis del profesor Ceceña?

-P.S.: Un trabajo extraordinario. Sé que la va a publicar ‘Cuadernos Americanos’”.[1]

La tesis presentada por Ceceña se llamaba El capital monopolista y la economía mexicana y fue publicada como libro un año después por la editorial que había fundado don Jesús en 1942. Los trabajos de Sweezy, como lo expliqué en un artículo anterior, [2] fueron uno de los más importantes abrevaderos teóricos y metodológicos de Ceceña, tanto por el énfasis puesto en la unidad nuclear de análisis del capitalismo contemporáneo, el monopolio, como por el tipo de abordaje de su estudio consistente en investigar el género de relaciones entre las grandes corporaciones, vale decir, de sus modos de interpenetración, mismos que acaban configurando un control de las gigantescas corporaciones sobre los resortes fundamentales de la economía, de la política y de la cultura.

Ceceña tenía un doble desafío por vencer. Por un lado, el de demostrar que las tendencias concentradoras del capitalismo impactaban a México y que los monopolios actuantes en este país eran básicamente los extranjeros y, principalmente, los estadunidenses. Ello implicaba que la economía mexicana era inteligible sólo a la luz de la expansión del capital norteamericano. El otro reto era de carácter político porque consistía en desacreditar la retórica oficialista de la soberanía económica de México que el Estado portaba como estandarte ideológico altamente legitimador.

No era la primera vez que Ceceña escribía sobre el tema ni que se inscribía en una polémica que se remontaba a por lo menos una década atrás, como veremos a continuación. El tema de las inversiones extranjeras directas estaba presente en espacios académicos, políticos, empresariales, sindicales y mediáticos. Las inversiones extranjeras eran una realidad incontrovertible en el

 


[1]  “Paul M. Sweezy en México” en El Economista mexicano, vol. II, no.3, México, Colegio de Economistas, A.C., marzo-abril 1962. Pocos días antes del examen profesional de José Luis Ceceña, en el transcurso de una cena en casa de Jesús Silva Herzog, Emilio Mújica Montoya, a la sazón director de la Escuela Nacional de Economía, sugirió a Carlos Torres Manzo, quien varios años más tarde devendría gobernador de Michoacán, que realizara una entrevista al economista neoyorkino Paul Sweezy. Éste fue efectivamente uno de los cinco sinodales de la titulación de Ceceña el 24 de abril de 1962. Los otros cuatro profesores fueron el propio Silva Herzog, Vicente Lombardo Toledano, Gilberto Loyo y Eduardo Botas.

[2] “José Luis Ceceña” en Leonor Ludlow y María Eugenia Romero S., Herencias intelectuales de los economistas mexicanos, México, UNAM (en prensa).